
Calle Simón Chacón, Antigua calle de la Cárcel, Potosí, Bolivia |
Todos vivimos sobre una u otra calle. Dónde sea que nos encontremos, siempre hay una calle, una dirección. Yo vivo en la calle Paso. Hace años en la calle San Martín y hasta en una avenida que por entonces tenía el nombre de Julio A. Roca. Si lo pienso un poco, todos nombres “fáciles” y reconocibles en la historia argentina.
Claro está, que los nombres de las calles intentan realzar la figura de tal o cuál prócer, personalidad o lugar. ¿Pero acaso no sucede, que en la mayoría de los casos no tenemos ni idea de quién es ese fulano, que le da nombre a tu calle? Inclusive para mí, que cuento con un poco de “ventaja”, por ser profesor de historia, la mayoría de los nombres me son ajenos.
Ahora bien, qué es esto de calles con historia. Justamente una respuesta. Una acción, que bien podríamos denominar “urbanístico pedagógica” que se lleva adelante en Bolivia Dónde por primera vez me encontré con calles que hablaban de su historia.
Primero en Potosí y luego en cada una de las ciudades que fui visitando. Con el primer cartel, aplaudí la idea y felicité en el aire a quien se le ocurriese esa suerte de transposición didáctica.
Como he sostenido: “Potosí, es un libro de historia viva” y una invitación a saber un poco más de esta ciudad. Para mí, fue mucho más que una visita a la mina (los invito a leer los post en los que cuento mi experiencia en los socavones: “Mineros y turistas en las minas de Potosí –primera parte–segunda parte”)
Pero volvamos a las calles… Entonces comenzamos a rumbear por Potosí y nos encontramos con la calle Simón Chacón, “antigua
calle de la cárcel”. Seguimos por la capital de la minería boliviana y nos encontramos con Ayacucho, “antigua calle de las Candelas”, también conocida como “calle de los Vestidos”. Sobre esta calle, dicen que abundan fantasmas y espectros. Así lo sostiene la Lic. en Turismo Doris Belén Cayo: “en determinadas fechas, a la media noche, aparece una carroza de fuego con almas en pena”. También los vecinos del lugar cuentan que en el Colegio Santa Rosa, ubicado sobre esta calle y antiguamente un asilo de niñas huérfanas, jura la portera del colegio que en la noche se puede escuchar el lamento de las jóvenes.
calle de la cárcel”. Seguimos por la capital de la minería boliviana y nos encontramos con Ayacucho, “antigua calle de las Candelas”, también conocida como “calle de los Vestidos”. Sobre esta calle, dicen que abundan fantasmas y espectros. Así lo sostiene la Lic. en Turismo Doris Belén Cayo: “en determinadas fechas, a la media noche, aparece una carroza de fuego con almas en pena”. También los vecinos del lugar cuentan que en el Colegio Santa Rosa, ubicado sobre esta calle y antiguamente un asilo de niñas huérfanas, jura la portera del colegio que en la noche se puede escuchar el lamento de las jóvenes.
Seguimos rumbeando entre calles que serpentean, se cortan y nos encontramos con la calle Bolívar, por cierto a quien Bolivia debe su nombre. El cartel nos dice que antiguamente fue la “calle de los Césares” en un claro homenaje al pasado imperial romano.
Salimos de Potosí. Tomamos un colectivo en su modernísima terminal de ómnibus y nos dirigimos a Sucre, la “Ciudad Blanca”. Caminamos sus calles y nos encontramos con otro nombre, que si no fuera por cuanto dice de él, uno podría no prestarle mayor atención.
Calle Mariano Suárez Polanco, Sucre, Bolivia |
Hablamos de la calle “Mariano Suárez Polanco”, un cura, un capellán que se unió a las tropas que le darían la independencia a
estas tierras sudamericanas. Pero no sólo es uno más de los curas que tomaron partido por los criollos, sino que él combatió junto con la mítica Juana Azurduy de Padilla y tiene en su haber, el honor de haber sido quien tocara las campanas de aquel 25 de mayo de 1809 encendiendo el fuego revolucionario, que al otro año, se regaría por todo el Alto Perú y el Virreinato del Río de La Plata.
estas tierras sudamericanas. Pero no sólo es uno más de los curas que tomaron partido por los criollos, sino que él combatió junto con la mítica Juana Azurduy de Padilla y tiene en su haber, el honor de haber sido quien tocara las campanas de aquel 25 de mayo de 1809 encendiendo el fuego revolucionario, que al otro año, se regaría por todo el Alto Perú y el Virreinato del Río de La Plata.
Nos seguimos moviendo, las calles nos invitan a seguirlas y recalamos en la ciudad de Cochabamba.
La calle elegida corresponde a un “personaje” contemporáneo. La “calle Jordán”. En homenaje al Gral. Jorge Jordán Mercado, protagonista de la más sangrienta e importante guerra que ostenta Sudamérica en el siglo XX “La Guerra del Chaco” Tristísimo hecho que involucró a bolivianos y paraguayos, arrojando un saldo de miles de muertos, mutilados y desaparecidos de ambos bandos entre 1933 y 1935. Nuestro “héroe”, sobreviviente de la fratricida guerra encontraría la muerte en un
accidente aéreo en junio de 1955.
accidente aéreo en junio de 1955.
El recorrido, la camita al saber histórico de Bolivia no concluye. Algunas otras calles encontrarás en la Fan Page de Facebook, otras, te corresponderá a vos ir a buscarlas o bien, esperar que vuelva a rumbar por ahí…