
“Tenés que ir a Iruya si vas al norte” sentenció un amigo antes de mi partida.
Pocas veces había escuchado el nombre de ese pueblo, apenas sabía que se encontraba en la provincia de Salta pero no tenía una idea clara de a dónde se hallaba, ni que me ofrecería pero su nombre me resultaba atractivo.
Ya en viaje y habiendo decidido continuar mi camino junto a la ruta nacional 34 sabía que esta me habría de llevar a Salta, me supe decir estando a unos kilómetros de La Banda en Santiago del Estero, sabía que si seguía por la 34 podría llegar a Salta Capital y acampar en su camping municipal, otro lugar que me súper recomendaron por su precio y su extraordinaria e inmensa pileta. Pero no, Salta no estaba en los planes de la ruleta de la ruta por las que viajo y así fue que unos kilómetros después de que decidí continuar por la ruta camionera me encontraba en Rapelli, Santiago del Estero donde al mediodía el sol quemaba como brazas en mi cabeza pero me
gustaba, estaba viajando a dedo por Argentina sin rumbo pero buscándolo y aunque parezca un tanto desordenado y otros dirán peligroso fue una gran experiencia.
gustaba, estaba viajando a dedo por Argentina sin rumbo pero buscándolo y aunque parezca un tanto desordenado y otros dirán peligroso fue una gran experiencia.
Después de muchos años volvía a encontrarme en la ruta sin más curriculum que el pulgar extendido a la mirada de los conductores de todo tipo de vehículos.
Allí, en Rapelli, fue que paró una pareja de montañistas santafesinos que me hicieron lugar en su camioneta e inmediatamente me preguntaron a dónde iba y como no tenía una respuesta apropiada dije: “al norte, a Salta, Jujuy” y repregunté, ustedes a dónde van. A Iruya dijeron y yo respondí como si fuera eco “vamos a Iruya entonces” definitivamente la bolilla estaba cayendo en mi número.
Tras tomar mis primeros mates en más de 24Hs. y charlar un rato con los montañistas el sueño me venció y dormí durante horas hasta que mi chofer me despertó diciéndome: “flaco si vas a Salta te dejamos acá” obviamente no entendía nada, acaso no íbamos a Iruya, Salta. Habían cambiado de opinión y ahora irían primero a Tilcara así que siguiendo la filosofía que adopté para estos días terminé con ellos en el mítico pueblo jujeño. Pero Iruya, ese pueblo salteño que se eleva los 2.780 m.s.n.m. (metros sobre el nivel del mar), a unos 320Km. de la capital Salteña se me
presentaba con cada persona con la que compartía experiencias y destinos.
presentaba con cada persona con la que compartía experiencias y destinos.
El nombre Iruya, tiene una variedad de significados IRUYA: voz quechua o aymara, proveniente de la palabra IRUYOC “Iru” = paja y “yoc” = abundancia, iruya = abundante paja. Claro, esto no me extraña puesto que en sus casas la paja es protagonista tanto en los ladrillos de adobe como en los techos de ellas.
El pueblo fue fundado en el año 1753, sin embargo su origen remonta a un siglo anterior a su fecha de fundación, actas de nacimiento encontrados en la parroquia de Humahuaca en la provincia de Jujuy, testifican que un siglo antes de su fundación ya estaban asentados habitantes en el lugar. Estos asentamientos son sobre todo asentamientos indígenas cuyos antecedentes más remotos son los ocloyas, un pueblo perteneciente a la etnia kolla, quienes a su vez, derivan del kollasuyo, una de las cuatro regiones del antiguo Tahuantinsuyo (imperio incaico).
Numerosas Ruinas (antígales) dispersas por los alrededores prueban la existencia de una etnia más o menos homogénea antes de la llegada de los españoles; un ejemplo ejemplo claro de ellos son la ruinas de Titicónte, ubicado al este de iruya a unos 8kms. Los primeros habitantes practicaban la agricultura y la ganadería en baja escala, permitiéndoles la subsistencia. Cultivaban maíz, papas, ocas y otros productos agrícolas; al mismo tiempo criaban ovejas, cabras y llamas, aunque esta última en menor medida. Hoy la cría de ovejas casi no se practica y si se ha extendido la cría de llamas, unos de los platos principales de la gastronomía iruyense, que personalmente no me ha gustado.
Numerosas Ruinas (antígales) dispersas por los alrededores prueban la existencia de una etnia más o menos homogénea antes de la llegada de los españoles; un ejemplo ejemplo claro de ellos son la ruinas de Titicónte, ubicado al este de iruya a unos 8kms. Los primeros habitantes practicaban la agricultura y la ganadería en baja escala, permitiéndoles la subsistencia. Cultivaban maíz, papas, ocas y otros productos agrícolas; al mismo tiempo criaban ovejas, cabras y llamas, aunque esta última en menor medida. Hoy la cría de ovejas casi no se practica y si se ha extendido la cría de llamas, unos de los platos principales de la gastronomía iruyense, que personalmente no me ha gustado.
Cómo llegar
Existe una única forma de hacerlo, pasando la provincia de Jujuy, recorriendo la ruta Nacional Nº 9, a 26 km. de Humahuaca está el cruce de rutas, donde se lee “Iruya 54 Km” (en auto son 2Hs. y media y en colectivo de línea una hora más). Siguiendo el camino, se llega a la estación Iturbe Provincia de Jujuy, distante a 8 km. del cruce. Desde allí siempre por camino de tierra, se llega al paraje denominado “ABRA DEL CONDOR” a 4000 msnm, límite de la provincia de Salta y Jujuy.
En el Abra del Cóndor comienza el descenso de 1220 m. En 19 Km (distancia del Abra a Iruya). A lo largo de estos 19 Km, el visitante se sumerge en la variedad más insólita de colores, que van del verde agreste al morado o violeta, pasando por el amarillo y el azul metálico. La montaña, en conjunto con las quebradas, ofrece a la vista, caprichosas y curiosas formas que se desdibujan en el lecho del río Colanzulí, a cuya vera corre el camino.
Al llegar a Iruya, la primera impresión es de un pueblo “colgado en la montaña”, o más bien, de una isla, ya que está rodeado por los ríos Colanzulí -o Iruya- y Milmahuasi.
El poblado conserva sus calles angostas y empedradas, con casas de adobes, piedras y paja. Una belleza y sin vergüenza debo decir que cuando hacia el viaje en el colectivo al lado del colectivero que me permitió ir parado sacando fotos, casi me pongo a llorar, literalmente. La emoción que me provocaba el paisaje me extasiaba y embargaba el alma.
Dónde hacer noche
El pueblo cuenta con innumerable hostales (entre $40 y $60) y un camping al lado del río bastante barato y con todos los servicios ($25).
En esta oportunidad me tocó dormir en un par de hostales (los hostales merecerán un post aparte) y dejar la carpa en la mochila. Dos noches la pasé en el Wichikú, el nombre es por un pájaro de la zona bellísimo de color negro que cuando se alza en vuelo deja ver un amarillo extraordinario en sus alas. A este pájaro lo había visto en el camino y no puede llegar a fotografiarlo y cuando descendimos del colectivo la señora, encantadora, que nos convidaba su hostel (Wichikú) le pregunto qué significa y me contó que se trataba de ese pájaro que me había impactado y obvio, sumado a la dulzura de esa iruyense me terminé de convencer de que mi sueño sería cobijado en su hospedaje. ¡Así que si andás por Iruya recordá: Wichikú! También, supe pasar una noche en lo de Lupita, que no sólo te ofrece un hostel barato sino un comedor en dónde comés por dos mangos.
De Iruya, si te aguantas las caminatas bajo el sol abrazador podés llegar al pueblo de San Isidro, más pequeño que Iruya, aquel se encuentra a unos 10Kms. caminando por el río, un consejo siempre tenés que seguir la bosta de caballos y burros, ellos conocen el camino como nadie. Si te animás al desafío, tenés que estar dispuesto a mojarte las zapatillas (con buena suela para evitar resbalones y cansar los pies demás), porque en más de una oportunidad deberás saltar el río.
Iruya y San Isidro los guardo en el corazón, son uno de los tesoros más preciados que me ganado en este viaje y dónde al menos una vez más he de volver.
Lindo lugar!
Saludos!
Es una belleza amigo/a, si tenés la oportunidad no dejes de visitiarlo!!!
Un abrazo y gracias por leerme!!!
Que gusto leerte…
Gracias, el gusto es mío de saber que me lees!
Un abrazo!!!
flashas amigo, pero me resultas piola. sos del po no ?
Jaja! Hola, gracias por el comentario y el halago che!!!
Pero no, no soy del PO!!!
Te mando un abrazo y gracias por sumarte!!!!
hola!!
Qué lindo que el camino te vaya diciendo dónde ir y te vaya mostrando su magia!!
Iruya es un lugar hermoso! Qué bueno que pudiste disfrutarlo! Y felicitaciones por tu viaje!! Saludos viajeros!
Aldana y Dino
Hola chicos!
Qué alegría leerlos por acá. Muchísimas gracias por sus palabras!!!
Si, Iruya me encantó y quiero volver pronto aunque vaya a saber cuando lo haga en realidad. Con el viaje, con el rumbo que tomé también estoy feliz. Ahora es cuestión de ir organizándome, de a poco seguir viajando lo que pueda y cuanto pueda sin importar distancias y días aunque ya estoy proyectando algo "largo" para el 2014 pero bueno, sólo el crupier de la ruleta de los viajes lo sabe y yo estoy dispuesto a esperar lo que el azar tiene para mí.
Chicos, les vuelvo a agradecer sus palabras y les mando un abrazo enorme, enorme!!!
Me paso algo muy parecido con Iruya. En el 2010 hice mi primer viaje de mochila por el NOA, no tania fecha de vuelta pero lo unico que sabia era que queria ir a Iruya, no se porque, nadie me lo habia nombrado y mis compañeros de aquella ruta no lo tenian en el mapa. La sensanción de estar en el medio de la nada, sin conexiones (peor todavia porque hubo una tormenta en Tilcara y el unico telefono publico del pueblo no tenia linea), la gente amable y totalmente predispuesta. Tengo la suerte de haber seguido viajando, subiendo por Sudamerica hasta Colombia, pero Iruya sigue en el podio, va mas alla de lo que esta a la vista, lo que produce desde que te subis al bondi en Humahuaca hasta que ves esa Iglesia colgada de la nada, resaltando su amarillo entre los colores de la montaña…
Te felicito por el blog, segui proyectando para el 2014, estoy en la misma.
Buena vida, abrazo!
Hola Pablo!!!
Qué bueno lo que me contás che! En muy poquitos años y ya has "subido" hasta Colombia. Yo tengo una fija con visitar Colombia, hacer norte en la Guajira. No sé cuando, tal vez el año próximo, pero vos sabrás mejor que yo que el viaje es impredecible. Ahora mismo estoy a días de partir unos días a Cosquín a dar una charla en una escuela donde fusionaré mi labor docente con la de viajero.
Pero volvamos a Iruya qué lugar, y para colmo poco visitado aunque noté que cada vez caen más turistas y en unos años, ojalá me equivoqué, terminará totalmente contaminado.
Te agradezco que te hayas tomado el tiempo de leerme y de comentar, es importante saber que vos y otros están ahí.
Pablo, te mando un abrazo enorme y buenos rumbos, a seguir viajando!!!
me encanto descubrir este pueblo, sinceramente no lo conocia solo visite salta capital tres dias y fui y vine en avion, gracias por enseñarnoslo tan bien
Hola Ale!
Qué bueno que si no conocías Iruya lo hayas hecho rumbeando conmigo!!!
Ahora ya sabés, en tu próximo viaje a Salta, le tenés que dedicar un par de dís a este bello pueblo!
Un abrazo!!!