
Acaba de concluir el primer día de clases en Bolivia. Voy camino al Valle de las Ánimas, un lugar que desconocía pero otra vez, el “croupier del camino” me tenía preparado un nuevo sitio para conocer en La Paz, la inmensa capital boliviana.
No tengo idea a dónde voy. Según me dijo el chofer del ómnibus tengo cerca de una hora de viaje. Me distraigo observando a los pasajeros y entre ellos este pequeño…