
Si había un lugar que no podía eludir en mí rumbear por Bolivia era el Lago Titicaca. Como una obligación tenía que llegar a él y haberlo hecho en la proa de una de las lanchitas que te llevan a la Isla del Sol, fue uno de los mejores momentos de los que viví viajando por ahí…
La foto cuenta de algún modo cómo llegué a la isla, sentado bajo un bellísimo sol y el brillo que despedía el agua en el lago. Me había tocado quedar adentro de la lancha porque la parte superior ya había sido ocupada y tuve que conformarme con ir adentro de la lancha soportando un nauseabundo olor a gasolina. Fue entonces cuando resignado a por mi suerte veo que quien posa a mi lado, de quien no poseo más referencia que esta imagen, comienza a avanzar por el costado de la lancha hacia la proa y la verdad que ni lento ni perezoso, lo imité, casi pisándole los talones. No me podía arriesgar a que me ganaran de mano otra vez.
Así terminé en la proa y durante hora y media comencé a experimentar esa inmensa alegría de saber que estaba vivo. Más que vivo, FELIZ!!!
Muchas gracias por tu visita, te deseo buenos rumbos!!! J
Buenas tardes Juan Manuel, un viaje digno de poder disfrutar, navegando por el lago más alto del mundo.
Lo que no entendí, es la huida de ambos a la proa ¿Es que os sentisteis mal?.
Juan Manuel,ni te imaginas el bien que me ha hecho que aceptaras mi comentario fulminante.
Visitar a más de 1300 seguidores, que muchos ya no están entre mis seguidores, es un trabajo de titanes ,lo hago una vez al año y da un buen resultado, intento dar ánimos , ideas para que mantengan el blog vivo. Soy consciente que no puedo llegar a todos, pero me esfuerzo.
¿Eres de Argentina? yo he vivído en Río Cuarto 6 meses, lo justo para publicar mi libro allí, y la situación cada día es peor.
Con agradecimiento te dejo mi ternura
Sor.Cecilia
Hola!
Si, no podía ir a Bolivia y no visitar este lago maravilloso, no me lo hubiera perdonado.
No fue que me sintiera realmente mal aunque el olor a combustible era fuerte y viciaba el aire. Sino que me sentía atrapado ahí adentro. Estaba sobre ese inmenso lago pero no lo estaba disfrutando en su esplendor. Por eso no tarde en seguir a mi compañero a la proa, no había más lugar que para dos y seguro hubo alguno que pensó, más lento que yo, en hacer lo mismo!!!
Si, soy argentino y vivo a unos 360Km de Río IV por la ruta 8, tal vez de camino a Capital pasate por Pergamino, mi ciudad!
Te mando un abrazo enorme y otra vez, gracias por tus consejos!!!